El propósito del área es formar estudiantes con actitud crítica y conciencia política, entendida esta última como el ejercicio consciente de la ciudadanía, a saber: participar, dialogar y proponer públicamente. De Esta forma los estudiantes logran comprender su mundo de la vida y actuar sobre él de manera constructiva y significativa. Dentro del ejercicio crítico resaltan tres operaciones cognitivas: la identificación de problemas, la creatividad y la argumentación. Lo que se busca en el área es llevar a que los estudiantes reconozcan problemas reales (inmediatos y a largo plazo), los ordenen y clasifiquen para ser pensados. Además de ello, deben ser capaces de justificar la importancia del mismo, y de buscar la forma de solucionarlo, lo cual implica un ejercicio de pensamiento argumentativo.
En las primeras etapas del desarrollo la filosofía apoya procesos guiados a partir de la filosofía para niños. En este sentido, se realiza un ejercicio cooperativo y cercano con los niños en donde ellos pueden explorar sus sentidos, incumbir en sus realidades y permitirle al niño comprender la importancia de justificar la vitalidad de su entorno y el proceso de pensamiento que al mismo tiempo se construye en su aprendizaje.
Estas ideas deben estar presentes en cada uno de los niveles, aunque claramente el grado de complejidad debe aumentar a medida que aumenta el nivel. Respecto al grado de exigencia debe ser el mismo en todos los niveles, solo que con enfoques distintos. El enfoque de transición a cuarto, por ejemplo, debe estar en la participación y escucha; en que los estudiantes estén concentrados en el diálogo que se hace con sus compañeros. A partir de quinto la exigencia abarca también el reflexionar antes de hablar (“pensar bien lo que va a decir”), la relevancia de lo que va a decir, y que lo que exprese esté construido de la mejor manera que le sea posible para que sus compañeros lo puedan entender. La idea es que la clase no se convierta en un ejercicio de opinión, sino que pueda establecerse como un ejercicio de estructuración de las ideas.
Así mismo, el enfoque crítico está enmarcado en los valores lasallistas, puesto que estos, no solo son el estandarte de la institución, sino que apuntan a la formación de hombres de bien que se preocupan por Dios, su mundo y ellos mismos.